- Se dan cuenta del valor de sus habilidades para tomar de decisiones
- Desarrollan la capacidad de elegir literatura apropiada
- Adquieren seguridad y confianza en ellos mismos al mismo tiempo que un sentimiento de propiedad
- Mejoran sus niveles de lectura
- Se animan a transformarse en lectores habituales de por vida (p.46)
Muchos niños tienen dificultad en elegir libros para leer porque no tienen el conocimiento previo sobre libros o autores y no saben cómo averiguar sobre los libros que les gustaría leer. Profesores y bibliotecarios podemos ayudar a estos niños, guiándolos a través de recomendaciones y otras animaciones de lectura, pero al final, niños como Roni, tienen que adquirir la confianza y habilidad para elegir con éxito sus propias lecturas tanto académicas como las placenteras, si queremos que sean lectores salvajes. Pero ¿cómo?
Para mejorar la habilidad para elegir los propios libros según D. Miller hay que crear muchísimas experiencias positivas de lectura y frecuentes oportunidades de hojear, compartir y conversar sobre libros (p.47). Esto crea conversaciones comunes sobre lectura y libros que fortalecen la capacidad de los alumnos para elegir por su cuenta. Algunas de ellas son:
Lectura en voz alta

Siendo yo una entusiasta de la lectura en voz alta con niños de todas las edades, no puedo enfatizar lo suficiente lo importante que es leerle a nuestros alumnos en voz alta, no solo a los pequeños, sino a toda edad. Tenemos la tendencia a creer que es algo que se hace solo con los niños entre los 3 y 6 años, edades en las que saben pescar un libro, pero no pueden leer de manera independiente. Cuando comento que le leía a mi hija Matilde cuando tenía 6 meses Cat in the Hat de Dr. Seuss y se mataba de la risa, algunas personas me miran incrédulas o cuando les cuento que cuando cumplió 18 años fui a su clase y le seguí leyendo Dr. Seuss, además de una poesía de Neruda, siguen incrédulas o quizás admiradas de mi persistencia o falta de vergüenza.
Durante el mes de la poesía, hace algunos años incursioné en las clases de secundaria leyendo poesía en voz alta e invitando a los alumnos a leer conmigo. Iba disfrazada como un personaje que creamos en la Biblioteca llamado PocketMan que se vestía con un abrigo largo negro lleno de bolsillos donde llevaba libros. Las incursiones duraron hasta que en una de las clases, según la versión oficial, pues yo no me di cuenta del incidente, uno de los alumnos no se comportó del todo y me prohibieron continuar. Sin embargo, esto no ha disminuido mi entusiasmo sobre el beneficio de la lectura en voz alta y la necesidad de los cuentacuentos para grandes y chicos. Será porque mi papá me inició en ello desde muy chica.
Estos son algunos de los beneficios que señala Donalyn Miller de la lectura en voz alta (p.49-50):
- Crea una comunidad de lectores con experiencias compartidas que los conecta. Ríen y lloran juntos compartiendo las aventuras del personaje principal
- Expone a los niños a libros, autores o géneros literarios que puede que no descubrirían por su cuenta
- Da la posibilidad de introducir a los alumnos a géneros literarios que a menudo evitan como poesía, biografía o libros de información.
- Apoya el desarrollo de buenos lectores
- Refuerza la idea que leer es divertido
- Y yo añado, desde un punto de vista puramente egoista, crea lazos entrañables con los propios alumnos
Crear emoción alrededor de un libro

Esta estrategia me recuerda la historia de una tía mía, quien a los veinte año estaba en un parque de diversiones con un grupo de amigas y la única atracción en donde no había una larga fila para entrar, era un juego de cisnes flotantes que giraban lentamente muy aburrido y con muy poca adrenalina . El grupo de amigas decidió subirse ya que no había nadie, y comenzaron a gritar como dementes, como si se estuvieran tirando por Formula Rossa, la montaña rusa más rápida del mundo. Al poco rato, la gente comenzó a mirarlas y rodear la atracción, hasta que finalmente se llenó y ya no estaban solas.

Pues lo mismo se puede hacer con un libro. Promocionarlo con misterio, excitación o cierta emoción.
Donalyn Miller sugiere hacer una rifa para los libros que se leen o presentan en diferentes clases durante el día, ya que todos los niños quieren llevárselo y es injusto que solo los que asisten a primera hora, tengan la oportunidad de hacerlo. La rifa crea un interés añadido al libro, ya que salir elegido como el primero en leerlo, da cierto status y emoción.
Cuando se abandona un libro …
Es necesario que los alumnos tomen conciencia del por qué abandonan la lectura de un libro. Las conversaciones que se pueden crear en torno al por qué se ha abandonado un libro, pueden ser tan interesantes como las que se generan si el libro nos hubiera encantado . Los lectores salvajes abandonan libros de vez en cuando y el abandonar un libro solo presenta un problema cuando se transforma en una tendencia que impide a los alumnos a leer más libros. Según Miller,los niños que abandonan libros frecuentemente son aquellos que no han tenido muchas experiencias positivas de lectura, y no reconocen cómo funciona la narración, por ello es importante enseñarles cómo funciona el desarrollo de una trama y animarlos a persistir cuando la trama pierde momentum. Cuando los alumnos eligen sus propios libros, debemos valorar su elección lo más posible, es decir, aceptar que a veces no les haya gustado el libro y no lo hayan terminado,o bien, aceptar que quieran leer libros más difíciles o más fáciles que su nivel de lectura.

Reflexionar sobre las elecciones de libros. Cuando los estudiantes reflexionan sobre los libros que han leído y cómo los han seleccionado les ayuda a tomar consciencia de los métodos que utilizan para descubrir nuevos libros para leer. Donalyn Miller utiliza con sus estudiantes un formato de “Mi reflexión sobre mi selección de libros” en el cual los alumnos deben responder a preguntas tales como ¿Cómo averiguas que libros te gustaría leer? Cuando ves o escuchas sobre un libro, ¿cómo decides si ese libro es el que te va a gustar leer o no? ¿Has abandonado alguna vez un libro? Por qué, o por qué no? ¿Tienes éxito al elegir tus propios libros? ¿Por qué si o por qué no? (pp.67-70) Un formato simplificado creado por Debbie Ohi (en inglés) se puede encontrar aquí.
Es importante ayudar al alumno a crear sus propios criterios para determinar si un libro cumple con sus objetivos personales o no. La clave está en guiarlo a ser independiente. Los alumnos deben crear relaciones con compañeros de lectura y usar diversas fuentes escritas, online u orales para informarse de los libros que les gustaría leer. Fuera de los bibliotecarios o profesores del colegio los alumnos pueden explorar websites con recomendaciones como Goodreads, o Teenreads, recomendaciones de sus propios compañeros, librerías, bibliotecas públicas, padres, abuelos, clubes de lectura, etc.
Los estudiantes que eligen métodos poco criticos para elegir libros como popularidad, portada, cantidad de páginas, tamaño de la letra o cantidad de ilustraciones, necesitarán más ayuda y guía en aprender a hojear, y evaluar libros para encontrar el más adecuado. El que los alumnos mantengan un diario de lectura o pasaporte lector no solo es válido como una manera de chequear que están leyendo, sino ver cómo sus lecturas evolucionan o no a lo largo del año y cómo se desarrollan como lectores independientes. Si se les da una variedad para elegir, con expectativas altas de lectura variada y buen acceso a libros, la elección de los niños naturalmente aumenta en rigor, complejidad y géneros o autores antes no explorados. (Miller, p.78)